La cámara hiperespectral nace como heredera de los sensores NIR (Near Infra Red; espectro infrarrojo cercano) donde se recoge información de cientos de canales del espectro electromagnético, imperceptibles para el ojo humano. En la imagen hiperespectral además se registra simultáneamente la información espectral y espacial obteniéndose un espectro NIR por cada píxel, de modo que además de la caracterización físico-química de la muestra se dispone de su caracterización espacial.

Con esta información es posible determinar las propiedades de la materia en función de un modelo matemático evolutivo. La obtención de los resultados es muy rápida y no destructiva, puesto que no es necesario entrar en contacto con el objeto analizado. Esta técnica es aplicable tanto a matrices alimentarias como no alimentarias.

En la industria agroalimentaria, las tecnologías fotónicas, y en concreto la HSI, representan un importante avance en la mejora del análisis, el control de calidad y la seguridad de los alimentos, resolviendo eficazmente problemas complejos como: